Emular los cabezados de Ramos puede causarte una conmoción cerebral, aunque seas aficionado

Los expertos advierten: los impactos fuertes e intensos dejan secuelas

Los goles de cabeza como este de Sergio Ramos con Kevin Grosskreutz, del Borussia Dortmund, conllevan impactos fuertes y repetitivos que se asocian con cambios en la función ocular. (Foto: AFP/Getty )
Los goles de cabeza como este de Sergio Ramos con Kevin Grosskreutz, del Borussia Dortmund, conllevan impactos fuertes y repetitivos que se asocian con cambios en la función ocular. (Foto: AFP/Getty )

Si eres de esos progenitores que jalea a sus hijos para que lo den todo y más en los partidos del cole o formas parte de esa panda de ‘viejóvenes’ que no perdona las pachangas de fútbol con los amigos los fines de semana, a pesar de las canas y los kilos de más, haces bien, pero que muy bien. El deporte siempre es bueno, ¿siempre? Bueno, hasta cierto punto, dentro de un límite y siempre que no se haga el cabra en exceso.

Porque los golpes e impactos que reciben los jugadores están empezando a preocupar a entrenadores, padres y médicos.

Sino mira lo que ha descubierto un grupo de investigadores del Albert Einstein College of Medicine y el Montefiore Health System, en Nueva York (Estados Unidos): golpear de forma recurrente el balón con la cabeza puede provocar a los futbolistas síntomas similares a los de una conmoción cerebral a pesar de que estos trastornos suelen estar causados por golpes causados de forma accidental.

El remate de cabeza puede afectar a los procesos cognitivos del cerebro de los futbolistas. (Foto: Getty)
El remate de cabeza puede afectar a los procesos cognitivos del cerebro de los futbolistas. (Foto: Getty)

Los resultados publicados en la revista ‘Neurology’ muestran que, aunque los futbolistas aficionados tienen más riesgo de sufrir un traumatismo craneoencefálico por golpearse con otro compañero, también tienen más riesgo de experimentar síntomas similares a los de una conmoción cerebral si rematan a menudo de cabeza.

“Hay datos suficientes como para afirmar que puede haber riesgo de inflamación traumática del tejido cerebral e, incluso, una hemorragia cerebral“, reconoce el neurocientífico Michael Lipton, autor del estudio, en el que no se han estudiado los posibles riesgos más a largo plazo que pueda conllevar esta práctica.

En concreto, según demostró un estudio de la universidad escocesa de Stirling, un remate de cabeza en el fútbol puede disminuir la capacidad de memoria de un 67 a un 41 por ciento, e incluso afectar las funciones cerebrales a largo plazo.

Así lo corroborá otro estudio reciente, conocido como ‘Einstein Soccer Study’, en el que reclutaron a 222 jugadores aficionados (el 80 por ciento hombres) que vivía en la ciudad de Nueva York para preguntarles por los partidos que habían disputado en los últimos quince días y por la frecuencia con la que solían rematar de cabeza, así como las veces que se habían golpeado en ella y si habían experimentado algún síntoma asociado como dolor, mareo o pérdida del conocimiento.

Justin Bieber y Neymar aprovecharon el tour <i>Purpose World Tour</i> para intercambiar unos balones. (Foto: AKM-GSI)
Justin Bieber y Neymar aprovecharon el tour Purpose World Tour para intercambiar unos balones. (Foto: AKM-GSI)

Los participantes, de entre 18 y 55 años, completaron un total de 472 encuestas entre los años 2013 y 2014, y descubrieron que el 37 por ciento de los hombres dijeron haber sufrido algún golpe fortuito en la cabeza y, de media, decían haber rematado de cabeza unas 44 veces en los 15 días previos. En cambio, las mujeres remataron una media de 27 veces en el mismo periodo, pero hasta un 43 por ciento decían haberse golpeado en la cabeza de forma accidental.

Alrededor del 20 por ciento de los participantes reportaron síntomas moderados o graves típicos de una conmoción cerebral y los que decían haberse dado más golpes accidentales tenían hasta seis veces más probabilidades de sufrirlos, en comparación con los que se habían golpeado menos.

Pero después de ajustar los datos incluyendo los remates de cabeza, vieron que quienes más cabeceaban la pelota tenían más probabilidades de sufrir esos síntomas, con independencia de los golpes fortuitos recibidos. El profesor Jeffrey Bazarian, de la Universidad de Rochester (Estados Unidos), admite que los traumatismos craneoencefálicos en fútbol no han sido tan estudiados como en el rugby, y apunta que deberían utilizarse sensores para poder estudiar mejor este fenómeno.

Por otro lado, desde la Sociedad Española de Medicina del Deporte quieren hacer ver las consecuencias que tiene para la salud el denominado síndrome de post-conmoción cerebral, que definen como un conjunto de síntomas y de signos clínicos que aparecen tras una conmoción cerebral y que persisten durante semanas, meses o años.

  1. Cefaleas o dolores de cabeza.

  2. Disminución de la función cognitiva que supone dificultad para concentrarse, para tomar decisiones, incapacidad para recordar la rutina normal o sufrir una pérdida de memoria.

  3. Falta de concentración con mareos, vértigo y dificultad para mantener el equilibrio y la coordinación.

  4. Dilatación de la pupila.

  5. Visión borrosa y sensibilidad a la luz.

  6. Hematomas, bultos hinchados o moratones donde tuvo lugar el traumatismo.

  7. Altibajos emocionales o cambios de humor y comportamiento (irritabilidad, ansiedad…).

  8. Trastorno del habla o problemas para pronunciar palabras con normalidad.

  9. Alteraciones en los patrones de sueño y dificultad para descansar.

Además según cuenta Fernando Carceller, jefe de Neurocirugía Infantil del Hospital La Paz, de Madrid, un impacto fuerte en la cabeza puede hacer que el cerebro se mueva.El daño puede variar y puede producir una disfunción por la conmoción cerebral. Según sea el impacto pueden aparecer problemas funcionales, estructurales o cambios bioquímicos”.

Por eso, además de controlar los remates y evitar los golpes directos, los expertos aconsejan a los jugadores que aprendan a hacerlo ‘bien’ para minimizar los efectos de las colisiones.

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