Deja de buscar a tu alma gemela, eso no te asegurará una vida sexual feliz (al contrario)

Creer en el amor romántico podría interferir en el desarrollo de una relación de pareja sana y satisfactoria

Fueron la pareja perfecta pero el brusco final de Brangelina demuestra que no solo existe una persona que encaje con nosotros. (Foto: Getty Images)
Fueron la pareja perfecta pero el brusco final de Brangelina demuestra que no solo existe una persona que encaje con nosotros. (Foto: Getty Images)

El cine, la literatura y la música han contribuido a mitificar ese ideal romántico en el que todo encaja como por arte de magia cuando la persona ideal llama a tu puerta. ¡Que no! Déjate de cuentos y abre los ojos de una vez (por tu propio bien).

Si quieres encontrar pareja y que salga bien deberías ponerte en marcha y dejar de pensar que, en cualquier momento, el destino te servirá en bandeja a “tu media naranja”.

En realidad, te lo vas a tener que currar (mucho) porque según afirma un grupo de psicólogos de la Universidad de Toronto (Canadá) conseguir la felicidad en pareja (y por ende la satisfacción sexual) es algo que precisa de trabajo y esfuerzo.

No fantasees con un amor de película, ese tipo de creencias chocan con la realidad y causan mucha confusión. (Foto: Getty Images)
No fantasees con un amor de película, ese tipo de creencias chocan con la realidad y causan mucha confusión. (Foto: Getty Images)

En el estudio, publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, participaron unas 1.900 personas –heterosexuales y homosexuales–, y los resultados indicaron que tienen más posibilidades de tener una vida sexual feliz y duradera las personas que creen en la necesidad de trabajar en el crecimiento sexual, de conocer a la pareja y de conocerse a sí mismo, de experimentar, que aquellas que se limitan a confiar en el destino y en que por el mero hecho de creer que han dado con su media naranja todo funcionará bien en el dormitorio desde el principio.

“Las personas que creen en el crecimiento sexual no solo creen que pueden trabajar en sus problemas sexuales, sino que no permiten que estos afecten a la satisfacción que sienten por su relación de pareja”, explica Jessica Maxwell, estudiante de doctorado en el departamento de Psicología de la Facultad de Artes y Ciencias.

Deja de buscar a tu alma gemela, eso no te asegurará una vida sexual feliz (al contrario)
Deja de buscar a tu alma gemela, eso no te asegurará una vida sexual feliz (al contrario)

Según Maxwell, los dos primeros años la satisfacción sexual es alta porque las parejas están en la fase de luna de miel.

Esto es así tanto para aquellos que creen en el crecimiento sexual como para los que creen haber encontrado a su alma gemela. Sin embargo, superado ese tiempo, el deseo sexual puede empezar a fluctuar y es entonces cuanto se hacen evidentes los beneficios de pertenecer al primer grupo.

“Las desavenencias sexuales son inevitables, llegan con el paso del tiempo”, añade Maxwell. “La vida sexual es como un jardín, y necesita ser regada y nutrida para mantenerla”.

Deja de buscar a tu alma gemela, eso no te asegurará una vida sexual feliz (al contrario)
Deja de buscar a tu alma gemela, eso no te asegurará una vida sexual feliz (al contrario)

Si crees que las cosas deberían funcionar bien sólo porque diste con tu media naranja y dejas de interesante o preocuparte por las preferencias, gustos y deseos de tu pareja, la llama se apagará irremediablemente. Si no te esfuerzas por sorprender, por descubrir nuevas cosas y vivir nuevas experiencias os estancaréis. Y ojo, que no me refiero sólo a probar nuevas posturas, a mejorar los preliminares o introducir juguetes eróticos y otros alicientes que puedan subir la líbido y aumentar el apetito sexual, sino a dedicarle tiempo a tu pareja, a no dejar de escuchar (de forma activa) lo que te cuenta y a compartir ratos divertidos.

Pero sobre todo es importante de que te convenzas de algo: somos personas completas y tener pareja es una elección personal y no un requisito indispensable para encontrar la felicidad. Estar con alguien tiene que sumar, no restar, y se puede estar bien (muy bien de hecho) aunque no haya nadie al otro lado de la cama. ¡No te obsesiones!

Tú decides, no los demás, por mucho que se empeñen en emparejarte. Tómate tu tiempo y no te sientas presionado por estereotipos. Eres responsable de tu propia vida y tienes la capacidad y la libertad de elegir cuales son las características y los valores que quieres que tenga la persona susceptible de compartir tu proyecto de vida. Ya sabes, sólo partiendo del amor por uno mismo conseguirás construir una relación de pareja sana y duradera.

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