¿Qué sucede en tu cuerpo cuando estás demasiado ocupado como para hacer pis?

Imagina que estás en medio de un maratón de Netflix y te entran ganas de orinar pero prefieres no parar “Juego de Tronos”, al menos hasta que no sepas si Jon Snow regresa de entre los muertos.

A veces anteponemos una larga lista de tareas pendientes a nuestras ganas de orinar [Foto: Rex Features]

Todos hemos pasado por eso. Hemos estado tan desesperados por llegar al baño que hemos tenido que cruzar las piernas y esforzarnos al máximo para dar esos últimos pasos que nos permitan llegar hasta el trono de porcelana. En muchas ocasiones posponemos esos cinco minutos necesarios para orinar anteponiendo una larga lista de tareas, ya sea porque estamos demasiado ocupados disfrutando de nosotros mismos, porque tenemos mucho trabajo o simplemente porque no nos apetece entrar a ese baño público maloliente. Sin embargo, ¿es una decisión inteligente?

Hemos preguntado a los expertos qué sucede en nuestro cuerpo cuando estamos demasiado ocupados como para ir a hacer pis.

¿Por qué es tan importante hacer pis?

Es muy importante. La doctora Helen Webberley, médico de cabecera de Oxford Online Pharmacy, explicó: “La vejiga es como un saco de músculos. Cuando está vacía es como una pequeña bolsa desinflada, pero a medida que se llena, las paredes se van estirando ligeramente y la bolsa se expande. Cuando las fibras musculares han llegado a cierto límite, comienzan a enviarte señales de que deberías orinar. Cuanto más se estiran estas fibras, más intensas son las señales, hasta que la vejiga no puede contenerse por más tiempo y se contrae para expulsar el contenido”.

¿Por cuánto tiempo se puede retener la orina?

“La mayoría de las personas pueden retener las ganas de orinar entre dos y seis horas, aunque esto varía en dependencia de varios factores”, explicó la doctora Davina Deniszczyc, directora ejecutiva de Nuffield Health. Estos factores incluyen la fortaleza del suelo pélvico, la capacidad de la vejiga, la cantidad de líquido ingerido, la medicación (algunos medicamentos pueden afectar la actividad de la vejiga o la cantidad de orina) y el historial médico. También influye la cantidad de orina que el cuerpo produce. “La producción de orina depende del nivel de hidratación de la persona, la cantidad de líquido que bebe a lo largo del día y la cantidad de sudor”, comentó Hillary Boddie, especialista de Healthspan.

¿Cuándo estamos demasiado ocupados para orinar? [Foto: Rex Features]

¿Qué pasa en tu cuerpo si retienes la orina durante mucho tiempo?

Además de las consecuencias obvias, “si retienes la orina de manera regular durante largos períodos de tiempo puede aumentar el riesgo de padecer problemas como la retención urinaria y la incapacidad para vaciar completamente la vejiga, lo cual causa incomodidad y dolor. Contener la orina con frecuencia puede debilitar los músculos vesicales e interferir en las señales entre el cerebro y la vejiga. Si los receptores no funcionan correctamente, el cerebro no puede recibir el mensaje de que la vejiga está llena, lo cual conduce a la retención urinaria”, explicó Hillary Boddie.

¿Qué ocurre en el peor de los casos?

“No se produce una rotura vesical por retener de forma voluntaria la orina, es solo un mito. Lo peor que puede suceder es que, como la vejiga es un músculo poderoso, decida solucionar el problema por su cuenta porque cuando tienes que orinar, tienes que hacerlo sin dilación. Sin embargo, este hábito también puede aumentar el riesgo de desarrollar infecciones urinarias ya que al retener la orina se crea un ambiente propicio para que las bacterias se desarrollen y multipliquen”, comentó el doctor Kannan Athreya, médico de cabecera privado y especialista en la plataforma de salud Medstars.co.uk.

¿Puedes entrenar a tu cuerpo para ir menos al baño?

Si eres de esas personas que no pueden esperar en la fila del baño de damas o que quieren terminar un episodio más de “Making a Murderer”, puedes entrenar tu vejiga. Al respecto, el doctor Kannan Athreya explicó: “Es posible entrenar al cuerpo, de hecho el “entrenamiento de la vejiga” es una práctica médica habitual que se utiliza en las personas que tienen una vejiga muy sensible. En práctica, se les anima a retener la orina, un poco más cada vez, con el propósito de reducir la cantidad de veces que van al baño. Asimismo, una persona sana puede entrenar su vejiga para resistir más e ir menos veces al baño ya que de esta manera se desensibilizan los impulsos nerviosos que envían la señal de “¡Estoy llena, vacíame!”. El doctor Athreya comentó que esto explica por qué algunos de nosotros tenemos que ir al baño después de cada copa de prosecco mientras que otros pueden esperar a terminar la botella. ¡La meta es el baño!

¿Demasiado ocupado como para hacer una pausa en tu maratón de Netflix? [Foto: Rex Features]

¿Qué podemos hacer para mantener una vejiga saludable?

Hillary Boddie brinda una serie de consejos que puedes implementar para lograr que tu vejiga funcione adecuadamente:

Bebe mucha agua: “Beber entre 6 y 8 vasos de agua al día te ayudará a eliminar las bacterias alojadas en el tracto urinario y contribuirá a prevenir las infecciones de la vejiga. En cambio, no beber suficiente líquido puede conducir a la deshidratación, lo cual podría provocar estreñimiento y una alta concentración en la orina, que a la larga termina por irritar la vejiga”.

Controla tu dieta: “Para lidiar con una vejiga demasiado sensible debes evitar los alimentos diuréticos como el alcohol y las bebidas con cafeína, como el té, el café y las gaseosas, que suelen estimular los músculos vesicales. Los cítricos y los alimentos picantes también pueden agravar los síntomas de una vejiga sensible. Además, debes incluir más frutas y verduras en tu dieta ya que estas son ricas en fibra que previene el estreñimiento, un problema que puede ejercer una presión añadida sobre la vejiga”.

Fortalece tu suelo pélvico: “Los músculos del suelo pélvico son el apoyo de la vejiga, si los fortaleces evitarás los escapes involuntarios de orina. Un ejercicio muy sencillo consiste en acostarte en el suelo y doblar las rodillas apoyando los pies. En esta posición, estira y contrae los músculos del suelo pélvico, como si estuvieras intentando retener la orina. Mantente en esta posición mientras cuentas hasta tres. Relájate durante tres segundos y repite el ejercicio diez veces. Puedes hacer este ejercicio tres veces al día y luego aumentar gradualmente el tiempo de las contracciones, un segundo cada semana hasta llegar a los diez segundos”.

Marie-Claire Dorking