México anuncia control federal de zona violenta

APATZINGAN, México (AP) — El gobierno de México anunció el lunes que sus fuerzas federales tomarán el control de la seguridad pública en una región del país en donde el fin de semana hubo balaceras entre cientos de miembros de autodefensas y narcotraficantes.

El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Angel Osorio Chong, informó que el gobierno federal se encargará de las labores de seguridad en una zona del estado occidental de Michoacán cuyas autoridades servirán como apoyo.

El gobierno desplegará más policías federales a la llamada zona de Tierra Caliente, donde miembros de grupos de autodefensas han redoblado sus esfuerzos para combatir al cártel de los Caballeros Templarios.

Osorio y el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, firmaron el acuerdo un día después de que el mandatario estatal solicitó mayor asistencia para aplacar la violencia.

"Tengan la certeza de que contendremos la violencia en Michoacán", expresó Osorio.

El funcionario no dio detalles sobre qué dependencias estarán involucradas o cuántos elementos serán asignados. Algunos policías y soldados fueron enviados a la región en meses recientes debido a la agitación, pero prácticamente no han intervenido.

Normalmente, las labores de seguridad pública en comunidades del país son dirigidas por policías estatales y municipales.

Más tarde, la Procuraduría General de la República informó en un comunicado que envió 11 helicópteros y 70 investigadores y agentes para ayudar a imponer la ley y el orden en el estado.

El gobierno anunció hace dos meses que fuerzas de seguridad tomarían el control del puerto Lázaro Cárdenas, uno de los más importantes de México, también localizado en el estado de Michoacán. Osorio dijo que la toma militar era un "duro golpe" al grupo criminal, que traficaba precursores químicos que sirven para elaborar metanfetaminas.

Tiroteos se desataron los últimos cuatro días conforme los grupos han desplegado miembros a distintas comunidades rumbo al valle agrícola de Apatzingán, donde los Caballeros Templarios tienen su mando central. La última comunidad a la que ingresaron es Nueva Italia, donde desarmaron a la policía local.

Su llegada desencadenó balaceras en la plaza principal y sus alrededores. Las autoridades reportaron el hallazgo de un camión de carga quemado cerca de Nueva Italia y los cadáveres de dos hombres colgando de un puente en el área alrededor del poblado.

Osorio advirtió el lunes que las autoridades federales también perseguirán a estos grupos que están violando la ley al utilizar armas de alto calibre que son ilegales. Hizo un llamado para que las autodefensas regresen a sus poblados.

Un legislador del Partido Verde que presenció la discusión del acuerdo dijo que el gobierno busca que los miembros de autodefensas que quieran luchar contra criminales se unan a las fuerzas policíacas.

"A quienes ven que realmente hay una vocación, realmente quieren a sus comunidades, se les hará la invitación para que se hagan elementos policíacos en el margen de la ley", dijo el diputado federal Ernesto Núñez.

Uno de los miembros de autodefensas, Estanislao Beltrán, dijo que los grupos no se rendirán ni dejarán sus armas hasta ver resultados concretos del gobierno.

"Pero no se ha detenido a ninguno de los líderes de principales", agregó Beltrán.

El secretario también anunció que se aumentará el presupuesto destinado para el estado para un programa de prevención de la violencia.

A mediados del 2013, el presidente Enrique Peña Nieto envió miles de efectivos del ejército y la policía federal al estado de Michoacán para enfrentar los brotes de violencia. El estado es también simbólico ya que fue donde en 2006 el entonces presidente Felipe Calderón lanzó la ofensiva contra el narcotráfico.

Osorio aclaró que el acuerdo del lunes no sustituirá las labores que llevan a cabo esos soldados y policías desplegados. No especificó si la medida significaría un aumento en el número de efectivos.

No se reportaron enfrentamientos en la región de Tierra Caliente el lunes, pero casi todas las tiendas estaban cerradas en Apatzingán, la ciudad más grande de la zona. Había poca gente en las calles y poca presencia policiaca.

Los dueños de negocios dijeron que tenían temor de abrir después de que gente que se cree eran de los Caballeros Templarios lanzaron bombas incendiarias en varios de los locales de la ciudad y la presidencia municipal el fin de semana.

Un reporte circuló entre los preocupados pueblerinos de que el cártel amenazó con quemar Apatzingán, donde viven unas 100.000 personas, dijo Javier Cortes, vocero de la diócesis local.

"Están diciendo que quieren dejar a Apatzingán en cenizas", dijo Cortes. "Esto terminará cuando los grupos de autodefensa entren a la ciudad."

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La corresponsal de Associated Press Adriana Gómez Licón contribuyó a este despacho.